sábado, 26 de julio de 2008

La vida es sueño



Continuando con el homenaje por los 25 años de Ordenación Sacerdotal del Padre Miguel, los colegios de Coprodeli prepararon el autosacramental La vida es sueño, la cual se realizó en Pachacútec (Colegio Francisco Solano) donde llegaron los padres de P. Miguel, invitados de Coprodeli Usa, Coprodeli España, docentes, alumnos y padres de familia. Esta obra estuvo bajo de la Direccion de Robert Incio y Carlos Vega junto con las voluntarias que han apoyado en los ensayos de la Universidad de Notre Dame.
A continuación una breve descripción del auto sacramental La vida es sueño:

En el principio era el caos y los cuatro elementos principales de la naturaleza: Agua, Aire, Tierra y Fuego, luchan por prevalecer uno sobre otro. Hasta que el Poder, la Sabiduría y el Amor aparecen para poner orden y explicar los fundamentos del mismo. en pugna piden que alguien los gobierne. A pesar del temor advertido por la Sabiduría de que se repita la rebelión de los ángeles que se negaron a aceptar el plan divino, el Poder decide, por intercesión del Amor, crear al Hombre y coronarlo como príncipe de la naturaleza.
Para ello permite que el Hombre salga de la cárcel del no-ser y lo dota de la compañía del Entendimiento y el libre Albedrío, ofreciéndole, si se porta bien, a la Luz por esposa.


Pero no todo es paz y alegría en el mundo y así nos lo dice la Sombra, que consternada ante el avance de la Luz -símbolo de la Gracia- pide auxilio al Príncipe de las Tinieblas para hacer que el Hombre caiga en la soberbia y expulse al Entendimiento.
El Hombre es coronado y celebrado rey de la naturaleza, pero es tentado por la Sombra con el amparo del Príncipe de las Tinieblas y lo hace caer en el error del poco juicio y desenfreno. Sombra y Pecado hacen todo lo posible por envenenar al Hombre y solamente lo logran con la simbólica manzana prohibida.
Gran terremoto y descontrol de los elementos. La Sombra toma aparentemente posesión del universo y el Hombre vuelve cargado de cadenas a la cárcel del no-ser.
Pero la Sabiduría y el Amor insisten en la esperanza, para que la caída del Hombre no sea fatal. El Entendimiento vuelve y ayuda al Hombre para recuperar el Libre Albedrío. Pero no pueden liberarlo de las cadenas.
La Sabiduría se hace presente disfrazada de Peregrino invocando la Gloria de Dios en las alturas y es llamada por el Hombre, el Entendimiento y el
Albedrío. La Sabiduría libera y redime al Hombre tomando su lugar.
La Sombra y el Príncipe de las Tinieblas cuestionan si el Hombre podrá mantenerse a salvo probada su tendencia al error del pecado.
Pero cada uno de los cuatro elementos aportará por designio del Poder a que funcionen los sacramentos que lo preserven del mal, enfatizando el valor de la Eucaristía como fuente inagotable de salvación.


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